Hace unos años compré uno de los ecommerce pioneros en ventas flash en España. En su mejor momento, llegó a facturar más de 15M€ anuales y era el más grande en su sector a nivel nacional 💴.
Cuando mi empresa Brands Products decidió adquirirlo, creímos que podíamos evaluar el negocio por nosotros mismos. Error garrafal.
Mi equipo es excelente en la gestión de ventas online, pero no somos auditores ni expertos en evaluar empresas de ese volumen.
Pensamos que sería suficiente con nuestra experiencia en otros ámbitos.
Muy lejos de la realidad. Una vez comprada, empezaron a aparecer los sustos: deudas ocultas, miles de pedidos sin entregar, y otros problemas éticos que prefiero no mencionar aquí 😳.
Tuvimos que arremangarnos y dedicar dos meses a reestructurar la empresa desde cero. Ordenamos cuentas, renegociamos con acreedores y proveedores, y trazamos un plan de pagos con Hacienda y la Seguridad Social. Fueron dos meses de auténtico caos 🙇.
Aún así, con nuestra gestión logramos incrementar las ventas, sanear las finanzas, y dos meses después vendimos la empresa. Y salimos beneficiados económicamente. Creo que tuvimos suerte.
Pero no todo fue positivo. Pasé por momentos de preocupación y muchas dudas. Lo importante es que fue una experiencia que me dejó un gran aprendizaje: siempre realizar una Due Diligence con profesionales. Ahora sé lo vital que es conocer a fondo lo que estás comprando.
Después de Dreivip, he realizado varias adquisiciones más, todas exitosas. Pero sin esta dura lección, dudo que hubiera gestionado tan bien las siguientes operaciones.
Hoy, gracias a todas las operaciones exitosas y fracasadas que he vivido, he desarrollado mi propio sistema de evaluación de empresas. Es un proceso que combina todo lo que he aprendido en estos años.
✅ En las próximas semanas, iré compartiendo con todos mis seguidores las claves de este sistema para que otros puedan evitar los errores que yo cometí.
Gracias por esta batalla a: